El convulso e incierto panorama político reciente parece estar tocando a su fin. Las designaciones ministeriales nos traen algunos cambios, como la separación entre Sanidad y Consumo, o Ciencia y Universidades. Termina su ronda Luisa Carcedo en Sanidad y la releva Salvador Illa. Pedro Duque no solo continuará en su cargo, sino que también ha anunciado que tiene previsto continuar con la necesaria lucha contra las pseudoterapias.
A todos ellos queremos presentar nuestros mejores deseos: tanto a Carcedo por el buen hacer que ha mostrado en la materia, como a Duque e Illa. De ellos esperamos puedan seguir conjuntamente en la brecha pese a los muchos intentos (mediáticos y hasta jurídicos) que se van a encontrar por delante. La disociación ministerial sin duda complicará un reto que, muy preclaramente, el anterior gobierno se había enfocado a corregir desde las distintas patas de las que la corrupción pseudocientífica abusa: salud, ciencia, educación y consumo.
Para la consecución de su labor en la lucha contra las pseudoterapias pueden contar con toda la experiencia que nuestra actividad en este ámbito pueda proporcionarles. Ojalá esta sea la legislatura en la que se pone freno a los muchos y diversos fraudes pseudoterapéuticos, y se disemina la necesidad de tener un pensamiento crítico con la supuesta información que recibimos. Ojalá que salga de nuestro sistema de salud y de educación todo rastro de propuestas sin un respaldo científico detrás. Ojalá que quienes vulneran sistemáticamente los derechos individuales de autodeterminación terapéutica y acceso a la información veraz se encuentren con un muro infranqueable. Ojalá que se proteja de la persuasión coercitiva a quienes pasan por un estado muy vulnerable de sus vidas, y que se acabe con quedarse judicialmente en un «es mayor de edad y no tiene problemas mentales», para que los que engañan dejen de irse de rositas a seguir con sus engaños.
Que los vientos de esta nueva aventura les sean propicios, para que los de todos nosotros lo puedan ser también.
Mi historia: una hija fallecida de 19 años por causa de un cáncer incurable y unos padres vapuleados por unos familiares que nos echaron la culpa de su muerte por no darle lejía, aloe vera con whisky o usar la homeopatía. Dolor sobre dolor. Adelante señor Pedro Duque. En usted ponemos nuestra confianza para que esto no pase.