Estimado Rector Magnífico José Ángel Narváez Bueno:
Nos ponemos en contacto con usted desde la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) debido al preocupante curso que su universidad va a realizar como curso de verano titulado “La enfermedad: ¿enemiga o aliada?”. Visto los contenidos de dicho curso, desde nuestra asociación de afectados, no podemos dejar de avisarle a usted y a su universidad del disparate del contenido de ese curso.
Entre los temas que se van a dar, voy a enumerar sólo algunos que consideramos los más relevantes, explicando qué son y por qué una institución tan respetable como la Universidad de Málaga no debería impartirlos. Añado los enlaces y referencias necesarios para que pueda contrastar todas mis afirmaciones y que usted, por sí mismo, certifique que es un disparate dar, como válidas, terapias que no han demostrado su eficacia y que, en el mejor de los casos, sólo sirven para sacar el dinero a enfermos desesperados o incautos y en el peor, como ya ha ocurrido, para segar la vida de gente y arruinar familias. Entiéndame que, como miembro de esta asociación, sé muy bien de qué hablo y podría enumerarle muchísimos casos de los que tenemos constancia. Pero aquí no voy a hablarle de casos que, aunque anecdóticos, son muy representativos; voy a hablarle de ciencia.
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La hipnosis regresiva, que se ha demostrado ser una técnica fraudulenta y que en los años 80 llevó ante el juez a cientos de inocentes padres acusados de abusos a sus hijos porque los hipnotizadores había inducido, inconscientemente, falsos recuerdos y es una pseudoterapia peligrosa pues puede causar trastornos de personalidad.
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La Bioneuroemoción®, un peligroso movimiento de carácter sectario que lleva tras sus espaldas la muerte de varios de sus seguidores al abandonar la medicina para seguir los consejos de sus gurús, como el caso de Maribel Candelas entre otros. La asociación RedUNE de prevención, protección y apoyo a las víctimas de las sectas lleva mucho tiempo dando la voz de alarma contra esta lacra. Este movimiento, además, tiene especial fijación por las mujeres, siendo las principales culpables (ellos las llaman, responsables) de los males que le ocurran a ellas y a sus familiares.
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La Medicina Antroposófica, otro movimiento basado en las ideas, también sectarias, del filósofo Rudolf Steiner.
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La homeopatía, una terapia desacreditada y cuya enseñanza ya ha salido de universidades tan importante como la de Barcelona, Valencia y Zaragoza, entre otras, por carecer de base científica y que desde más de 200 años no ha podido demostrar que sirva para ninguna dolencia. Este caso es sangrante cuando ya, en los años 60, varias empresas suecas reconocían ante el juez que su preparado no servía para nada; Paul Bennett, el director de la multinacional Boots, en el 2009, confesó ante un comité del Parlamento británico, que vendía la homeopatía no porque funcionase sino porque la gente la demandaba. O el más reciente caso de las declaraciones de la representante de Boiron en marzo de 2016 en las que reconocía que no sabía cómo funcionaba la homeopatía. Si no bastara con la confesión de los principales interesados, el National Health and Medical Research Council del Gobierno australiano ha realizado el mayor metaanálisis realizado hasta la fecha, en el cual ha analizado más de 1000 artículos sobre homeopatía y ha concluido que esta «terapia» alternativa no supera al placebo en ninguna de las enfermedades para las cuales se han realizado estudios.
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La Medicina Tradicional China, que tampoco ha demostrado ser muy efectiva cuando la esperanza de vida en china nunca ha sido muy elevada y que sólo ha empezado a mejorar cuando se ha introducido la medicina científica.
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Las Recetas anticáncer, que se aprovecha del hecho que la alimentación es muy importante para prevenir la aparición del cáncer pero que lo lleva más allá dejando entrever que se puede curar esta terrible enfermedad siguiendo una dieta, cosa que claramente no está demostrado, que va en contra de todo lo que conocemos sobre el cáncer y su evolución, y que ha provocado prevenibles muertes como la de Steve Jobs. Desde la Asociación Española Contra el Cáncer siempre se nos indica que invitemos a preguntarles en informacion@aecc.es su opinión sobre las premisas de gente como Odile Fernández.
Un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista JAMA Ontology, muestra que estas “terapias”, aunque se vendan como complementarias, suponen un peligro para el paciente, pues muchos de ellos retrasan o abandonan las terapias que han demostrado su eficacia. Un ejemplo claro de cómo estas pseudociencias retrasan la aplicación de la medicina es el reciente y famoso caso del cantautor Manolo Tena. Otro estudio publicado en la revista Anales de Pediatría pone de manifiesto que estas “terapias” mal llamadas complementarias pueden poner en serio riesgo a las personas, incluso niños, que la siguen y han demostrado científicamente en un artículo publicado en Annals of Oncology que son perjudiciales para los pacientes que las siguen. Y todo esto sin ningún beneficio, como se ha puesto de manifiesto en un reciente informe para el Gobierno Australiano.
Por otra parte, prestigiosas asociaciones como la AECC, la Fundación contra el Cáncer o la Asociación para el Avance de la Hipnosis Experimental y Aplicada ya han manifestado que estas pseudoterapias no tienen aval científico y ponen en serio riesgo la integridad de los pacientes. Y la asociación RedUNE, para la prevención del abuso de la debilidad y derivas sectarias, ha publicado recientemente un extenso dossier sobre la peligrosidad de la Bioneuroemoción®, que sólo beneficia a las cuentas de los que tienen la marca registrada a costa de enfermos desesperados.
También son preocupantes las declaraciones vertidas por el secretario del curso, el Catedrático Pedro Fernández-Llebrez, en el diario Málaga Hoy, en donde afirma que la Universidad no puede inmiscuirse en los contenidos del curso y para ello utiliza la falacia de la bola de nieve, afirmando que si prohíbe este curso, en el futuro se podría prohibir cualquier cosa. Este argumento no es más que una exageración; somos personas sensatas y sabemos distinguir entre la libertad de expresión y lo que es proporcionar información falsa. Y, aunque la Constitución Española nos da el derecho de expresar libremente nuestra opinión, también nos obliga a que cumplamos con los artículos 43 y 51 que nos exigen que fomentemos la protección de la salud de los ciudadanos y de una educación sanitaria basada en informaciones veraces y la defensa de consumidores y usuarios. Es por eso que se puede denunciar a una empresa si hacen afirmaciones sobre sus productos que no son veraces, pese a que las personas que la forman tenga derecho a la libertad de expresión. Como afectados directos tampoco admitimos la falacia de autoridad como aval para realizar el curso; ningún estudio o título que tengamos nos exime de equivocarnos alguna vez o de tener creencias absurdas, como las del premio Nobel de Química Kary Mullis que defiende que el SIDA no existe, o de la Catedrática Mª del Carmen Álvarez Herrero, directora del curso.
Es por todo esto que le pido, por favor, y como miembro de una asociación de afectados, que tome las medidas oportunas para que no se lleve a cabo dicho curso por el riesgo a la salud pública que es dar información falsa, en el delicado terreno de la salud, más cuando se le da un carácter oficial desde una institución con tanto prestigio como el de la Universidad de Málaga.
Un cordial saludo,
Y no le digo ya nada de la influencia de las meditaciones, que yo las hago en el gimnasio…No sé si pretenden pararlo ahora..no sé…Ahora bien, en cualquier caso ahí no pretende cobrarte hasta el último mono y las chaladuras son mucho menores, algo hemos mejorado.