Carta abierta al Rector José Ángel Narváez Bueno a raíz del curso pseudocientífico

Sobre sobre una carta escrita

Imagen de una pluma escribiendo una carta

Estimado Rector Magnífico José Ángel Narváez Bueno:

Nos ponemos en contacto con usted desde la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) debido al preocupante curso que su universidad va a realizar como curso de verano titulado “La enfermedad: ¿enemiga o aliada?”. Visto los contenidos de dicho curso, desde nuestra asociación de afectados, no podemos dejar de avisarle a usted y a su universidad del disparate del contenido de ese curso.

Entre los temas que se van a dar, voy a enumerar sólo algunos que consideramos los más relevantes, explicando qué son y por qué una institución tan respetable como la Universidad de Málaga no debería impartirlos. Añado los enlaces y referencias necesarios para que pueda contrastar todas mis afirmaciones y que usted, por sí mismo, certifique que es un disparate dar, como válidas, terapias que no han demostrado su eficacia y que, en el mejor de los casos, sólo sirven para sacar el dinero a enfermos desesperados o incautos y en el peor, como ya ha ocurrido, para segar la vida de gente y arruinar familias. Entiéndame que, como miembro de esta asociación, sé muy bien de qué hablo y podría enumerarle muchísimos casos de los que tenemos constancia. Pero aquí no voy a hablarle de casos que, aunque anecdóticos, son muy representativos; voy a hablarle de ciencia.

Un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista JAMA Ontology, muestra que estas “terapias”, aunque se vendan como complementarias, suponen un peligro para el paciente, pues muchos de ellos retrasan o abandonan las terapias que han demostrado su eficacia. Un ejemplo claro de cómo estas pseudociencias retrasan la aplicación de la medicina es el reciente y famoso caso del cantautor Manolo Tena. Otro estudio publicado en la revista Anales de Pediatría pone de manifiesto que estas “terapias” mal llamadas complementarias pueden poner en serio riesgo a las personas, incluso niños, que la siguen y han demostrado científicamente en un artículo publicado en Annals of Oncology que son perjudiciales para los pacientes que las siguen. Y todo esto sin ningún beneficio, como se ha puesto de manifiesto en un reciente informe para el Gobierno Australiano.

Por otra parte, prestigiosas asociaciones como la AECC, la Fundación contra el Cáncer o la Asociación para el Avance de la Hipnosis Experimental y Aplicada ya han manifestado que estas pseudoterapias no tienen aval científico y ponen en serio riesgo la integridad de los pacientes. Y la asociación RedUNE, para la prevención del abuso de la debilidad y derivas sectarias, ha publicado recientemente un extenso dossier sobre la peligrosidad de la Bioneuroemoción®, que sólo beneficia a las cuentas de los que tienen la marca registrada a costa de enfermos desesperados.

También son preocupantes las declaraciones vertidas por el secretario del curso, el Catedrático Pedro Fernández-Llebrez, en el diario Málaga Hoy, en donde afirma que la Universidad no puede inmiscuirse en los contenidos del curso y para ello utiliza la falacia de la bola de nieve, afirmando que si prohíbe este curso, en el futuro se podría prohibir cualquier cosa. Este argumento no es más que una exageración; somos personas sensatas y sabemos distinguir entre la libertad de expresión y lo que es proporcionar información falsa. Y, aunque la Constitución Española nos da el derecho de expresar libremente nuestra opinión, también nos obliga a que cumplamos con los artículos 43 y 51 que nos exigen que fomentemos la protección de la salud de los ciudadanos y de una educación sanitaria basada en informaciones veraces y la defensa de consumidores y usuarios. Es por eso que se puede denunciar a una empresa si hacen afirmaciones sobre sus productos que no son veraces, pese a que las personas que la forman tenga derecho a la libertad de expresión. Como afectados directos tampoco admitimos la falacia de autoridad como aval para realizar el curso; ningún estudio o título que tengamos nos exime de equivocarnos alguna vez o de tener creencias absurdas, como las del premio Nobel de Química Kary Mullis que defiende que el SIDA no existe, o de la Catedrática Mª del Carmen Álvarez Herrero, directora del curso.

Es por todo esto que le pido, por favor, y como miembro de una asociación de afectados, que tome las medidas oportunas para que no se lleve a cabo dicho curso por el riesgo a la salud pública que es dar información falsa, en el delicado terreno de la salud, más cuando se le da un carácter oficial desde una institución con tanto prestigio como el de la Universidad de Málaga.

Un cordial saludo,

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José Manuel Gómez Soriano

7 comentarios

  1. Y no le digo ya nada de la influencia de las meditaciones, que yo las hago en el gimnasio…No sé si pretenden pararlo ahora..no sé…Ahora bien, en cualquier caso ahí no pretende cobrarte hasta el último mono y las chaladuras son mucho menores, algo hemos mejorado.

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