Quiropráctica o quiropraxis

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Portada de Neurology Now con el actor Kevin Sorbo, el cual sufrió un derrame cerebral causado por la quiropráctica

¿Qué es?1227277875389_f

Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos el quiropráctico es aquel que practica la quiropraxis [1]. Pero, ¿en qué consiste exactamente?

La quiropráctica se centra en el tratamiento de los trastornos mecánicos del sistema musculoesquelético, pero focalizándose especialmente en la columna vertebral. Estos terapeutas afirman que los problemas en la médula espinal afectan a la salud general a través del sistema nervioso, y que por ese motivo pueden aplicar su tratamiento manual sobre la columna y curar otras muchas enfermedades.

¿Quién la creó?

Esta pseudoterapia fue desarrollada por Daniel David Palmer, un curandero sin formación médica que, a finales del siglo XIX, propuso la teoría de que la mala alineación de los huesos de la columna causa la mayoría de enfermedades. Ahora bien, ¿existe algún dato científico que pueda avalar esta afirmación?

¿Funciona realmente?

No existe ningún estudio científico que describa que las dolencias en la columna vertebral son la causa de las enfermedades que la quiropráctica intenta curar. Además numerosas publicaciones apuntan que, cuando se intenta realizar una evaluación independiente de los ensayos clínicos de esta pseudoterapia, se puede ver que su calidad es baja y que la mayoría no describe correctamente las técnicas utilizadas, lo cual impide que se puedan replicar los experimentos [2].

Muchos investigadores se han preguntado si la quiropráctica puede tener algún tipo de valor terapéutico. En 2011 se publicó una revisión sistemática de los estudios sobre el tema y se llegó a la conclusión de que, en su conjunto, la quiropraxis no ha demostrado ser eficaz para tratar ninguna dolencia [3].

Por otro lado la quiropráctica es peligrosa, al fin y al cabo la manipulación de la columna vertebral puede ocasionar lesiones de gravedad. Hay multitud de casos que relacionan la quiropraxis con accidentes cerebrovasculares, dolor de cuello, disección u oclusión de la arteria vertebral, deficiencia visual, náuseas, mareos y adormecimiento. Estos síntomas a menudo no aparecen hasta una semana o dos después de la visita al quiropráctico [4]. Si vemos los datos en países donde esta pseudoterapia es de uso habitual —como por ejemplo Canadá—, podemos ver que investigadores del Instituto de Ciencias Clínicas y Evaluativas de Ontario descubrieron que, comparando con la población normal, había cinco veces más probabilidad de que los pacientes mayores de 45 años que habían tenido accidentes cerebrovasculares hubieran visitado a un quiropráctico una semana antes del ataque [5].

Conclusión

Como conclusión de todo lo visto podemos decir que la quiropráctica no se basa en evidencias científicas, no ha demostrado ser eficaz para tratar ninguna dolencia y puede acarrear fuertes problemas de salud. Los artículos científicos consultados indican la necesidad de realizar más estudios sobre la seguridad de esta práctica por su fuerte asociación a derrames cerebrales y daños en la columna vertebral, y al mismo tiempo coinciden en que no se han detectado beneficios asociados a esta pseudoterapia, solamente efectos negativos y contraproducentes.

Texto escrito por Fernando Cervera Rodríguez. Biólogo y máster en Aproximaciones Moleculares en Ciencias de la Salud.

Referencias:

[1] http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/002001.htm

[2] http://link.springer.com/article/10.1007%2Fs10067-010-1663-4

[3] https://www.nzma.org.nz/journal/read-the-journal/all-issues/2010-2019/2011/vol-124-no-1340/article-posadzki

[4] http://www.cmaj.ca/content/166/6/794.1.full

[5] http://stroke.ahajournals.org/cgi/pmidlookup?view=long&pmid=11340209

 

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