En los últimos tiempos, las mal llamadas “terapias alternativas” han invadido nuestra sociedad. Estas prácticas dicen poder afrontar la enfermedad por vías alternativas a las de la medicina, a la vez que en su proceso de promoción utilizan terminología médica y científica, sin basarse, por otro lado, en el saber científico ni en el mundo de la medicina. Nos referimos a pseudoterapias como la homeopatía, el biomagnetismo, la bioneuroemoción, la reflexología, la terapia ortomolecular, el reiki o a falsas técnicas de diagnóstico como la iridología.
Practicar estas pseudoterapias entraña riesgos y peligros para el paciente, además de suponer una infracción del código deontológico médico del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos, al retrasar la recepción de atención (artículo 5.4) y vulnerar el derecho del enfermo a la información veraz sobre su enfermedad y tratamiento (artículo 15.1), así como por crearle falsas expectativas mediante publicidad engañosa (artículo 65.3).
Por todo ello, creemos imprescindible que, ante el fraude sanitario que suponen estas pseudoterapias, la sociedad en su conjunto y, en especial, las universidades y organismos científicos, respondan de manera simple: exigiendo información veraz y otorgándola, respectivamente. No entendemos otra reacción posible por parte de estas instituciones competentes hacia el engaño masivo que suponen las pseudoterapias, puesto que la Universidad representa el amor por el conocimiento y la búsqueda de la verdad.
Llegados a este punto, ¿qué están haciendo las universidades? Si hay un lugar donde han calado fuertemente los esfuerzos por detener las pseudoterapias ese ha sido el entorno universitario. En él, miles de profesores y alumnos luchan por divulgar a su sociedad que las propiedades médicas que estos engaños dicen poseer no responden a cuestiones verificadas por método científico alguno, y sencillamente, entrañan un peligro sanitario y un perjuicio económico para los pacientes. La ciencia es clara al respecto: las terapias alternativas no funcionan más allá del efecto placebo y afirmar lo contrario es engañar a los enfermos.
No obstante, algunas universidades han dejado entrar a las pseudoterapias en las aulas, y no como estudio teórico de sus falsas propiedades, sino afirmando que realmente funcionan. De los casos conocidos nos produce especial preocupación lo que está ocurriendo en la Universidad de Alcalá de Henares y la Universidad Complutense de Madrid.
La primera, la Universidad Alcalá de Henares, ha otorgado el título de Profesor Honorífico a Isaac Goiz Durán, el inventor de la pseudoterapia conocida como biomagnetismo médico y quien afirma, entre otras cosas, haber curado a pacientes de sida y cáncer utilizando imanes. Esta falsa terapia resulta peligrosa, pues además del riesgo de abandono de terapias científicas en el caso de pacientes con enfermedades graves, también supone un perjuicio económico para los afectados y/o sus familiares. Por si todo esto fuera poco, la Confederación Médica Latinoamericana y del Caribe emitió un aviso en febrero de 2007 alertando de que la terapia biomagnética de Isaac Goiz era una estafa médica, y de que los títulos que dice poseer son, en gran medida, falsos.
Sin embargo, la legitimación de este falso terapeuta por parte de la Universidad de Alcalá, organismo público, no es el único. Un centro de estudios adscrito a la Universidad Complutense de Madrid, el Real Centro Universitario Escorial María Cristina, lleva años impartiendo un título de Especialista en Par Biomagnético, que enseña como verdaderos los principios pseudocientíficos del biomagnetismo dentro del “Programa Philippus”, todo un compendio de estudios de postgrado “profesionalizante” en las más diversas terapias alternativas (enlace). Todo ello bajo el paraguas de la Universidad Complutense de Madrid, también pública.
En concreto, bajo el nombre de “biomagnetismo” se esconde una pseudomedicina que basa su hipotético poder terapéutico en la creencia de que los imanes tienen un poder curativo, y que al aplicados sobre el organismo, tendrían la capacidad de modificar el pH del cuerpo. Este falso tratamiento, sin embargo, se dirige a pacientes con cáncer, sida, hepatitis o esclerosis múltiple, entre una multitud de dolencias graves. Es por ello que su legitimación por parte de instituciones educativas y culturales de prestigio es de importante gravedad y supone un peligro enorme por tres aspectos claros:
A) Cuando un alumno se matricula en la Universidad deposita su confianza en dicha institución educativa, no esperando recibir por parte de sus profesores información falsa como si fuera cierta. Esto redunda en una formación defectuosa que corrompe el sentido mismo de la enseñanza, máxime teniendo en cuenta que no existe debate científico sobre el biomagnetismo: no funciona.
B) Si un alumno recibe una información defectuosa que pone en riesgo la vida de terceras personas, o bien su salud o su integridad económica, el problema se agrava porque se crea una generación de personas que, sin saberlo, están engañando a su sociedad. La Universidad debería mejorar la sociedad que financia su existencia, no empeorarla.
C) No olvidemos que las personas depositan en la Universidad un grado de confianza superior al de casi cualquier otra institución. Esto se traduce en que, si la Universidad da credibilidad al biomagnetismo y a su creador, muchísima gente —confiando en lo que la Universidad representa— creerá que esta pseudoterapia funciona, a pesar de ser mentira. Cuando la Universidad imparte pseudociencia en sus aulas, da legitimidad a un problema que se cobra muchas vidas al año.
Siendo conscientes de estos hechos, desde la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (www.apetp.com) hemos creado esta petición pública. Los firmantes de este texto se ven en la obligación de llamar la atención de la sociedad y pedir a la Universidad Complutense de Madrid y a la Universidad de Alcalá, ambas universidades públicas, las siguientes acciones:
- Una comunicación pública y oficial por parte de estas universidades que informe y ratifique que el biomagnetismo no tiene base científica ni utilidad médica.
- La retirada de las aulas de aquellos contenidos que contravienen los códigos deontológicos de la medicina y ofrecen al alumnado información falaz que, a su vez, perjudica a la sociedad, a los enfermos y al ejercicio científico de la medicina.
- Una reunión por parte de nuestra Asociación con el Rector de la Universidad Complutense de Madrid, el honorable Carlos Andradas, así como con el Rector de la Universidad de Alcalá, el honorable Fernando Galván, con el objetivo de acordar la eliminación de dichos contenidos pseudocientíficos, títulos y programas que contravienen el código deontológico médico y suponen un grave peligro para los enfermos. Si no fuera posible, pedimos que esa reunión tenga lugar con el personal al que competa tal decisión.
Sin nada más que exponer, declaramos que los abajo firmantes respaldan esta petición y sienten la misma preocupación y responsabilidad frente a este problema.
APETP
Asociación para Proteger al Enfermo
de Terapias Pseudocientíficas
Nº Reg. Asociaciones: 608.238
apetp.info@gmail.com
Firmar esta petición si perteneces al entorno médico, científico o universitario